
¿QUÉ ES LA ARTRITIS?
La palabra artritis significa literalmente inflamación de la articulación (artr = articulación; itis = inflamación). Se refiere a más de 100 enfermedades o condiciones distintas que afectan las articulaciones y los tejidos que las rodean, tales como los músculos y tendones. Algunas formas de artritis, como la artritis reumatoide o el lupus, también afectan a otras partes del cuerpo, incluyendo la piel y los órganos internos.
Existen más de 50 millones de adultos y 300 000 niños en los EE.UU. que tienen artritis o enfermedades afines. Las personas con artritis se enfrentan a muchos retos como consecuencia de su enfermedad, pero afortunadamente existen diversas maneras de encarar estos desafíos y llevar una vida plena.
¿PUEDO HACER EJERCICIO SI TENGO ARTRITIS?
La actividad física es muy beneficiosa para casi todas las personas. Durante muchos años se pensó que las personas con artritis no debían hacer ejercicio porque lesionarían sus articulaciones. Sin embargo, médicos y fisioterapeutas saben, en la actualidad, que esta creencia no es cierta.
Si tiene artritis o una enfermedad relacionada, el ejercicio es benéfico porque le ayuda a:
• Mantener la flexibilidad de sus articulaciones;
• Fortalecer los músculos que rodean las articulaciones para, de esta manera, incrementar su resistencia;
• Retrasar el deterioro del tejido óseo y cartilaginoso;
• Incrementar la fortaleza de sus huesos;
• Aumentar la capacidad para ejecutar las actividades diarias;
• Mejorar su estado de ánimo
• Mejorar su estado general de salud y su estado físico, de la siguiente forma:
- proporcionándole energía para que sea más activo físicamente
- ayudándole a dormir mejor
- controlando su peso
- fortaleciendo su corazón
- disminuyendo la depresión
- mejorando su autoestima y sensación de bienestar.
¿CÓMO EMPIEZO?
Antes de iniciar cualquier tipo de programa de ejercicio nuevo hable con su doctor, especialmente si no ha hecho ejercicio de manera regular y tiene dolor, rigidez o debilidad que afecte sus actividades cotidianas.
Su médico podría recomendarle consultar con un terapeuta físico u ocupacional. Ellos se especializan en diseñar programas de ejercicios personalizados que cumplan con las necesidades particulares de cada individuo.
Los fisioterapeutas pueden indicarle ejercicios especiales de amplitud de movimiento y de fortalecimiento para ayudar a que las articulaciones sean flexibles y los huesos y músculos fuertes. Le mostrarán técnicas de ejercicio adecuadas y darán tanto sugerencias como precauciones en base a su historial de salud. Pueden informarle sobre tratamientos de calor/frío para mitigar el dolor de la artritis. Asimismo, diseñan programas para mejorar la postura y el equilibrio, lo cual ayuda a prevenir caídas.
Los terapeutas ocupacionales le mostrarán cómo realizar sus actividades diarias de modo que no ejerza tensión adicional en las articulaciones o cause más dolor. También le pueden brindar soportes, férulas, entablillados, aparatos ortopédicos y dispositivos de asistencia que le ayuden a efectuar sus ejercicios de modo más cómodo y con menos dolor.